Una Transición Ecológica sensata y justa
No actuar reduciendo las emisiones de Gases de Efecto Invernadero de forma efectiva y real, a medio y largo plazo, representa la confirmación y consecución de la destrucción medioambiental que ya estamos observando.
Es imprescindible una transición ecológica de nuestra sociedad, del modelo socio-económico, del tejido industrial, de los modelos de producción y del consumo de energía entre el modelo económico–productivo actual, basado en el consumo de combustibles y materiales de origen fósil de manera extensiva para producir Energía Primaria y de bienes de consumo; y uno nuevo basado en la sostenibilidad, la producción de bienes de consumo y el uso de energías de origen renovable; y con cero emisiones al medioambiente. Es imprescindible un cambio hacia el paradigma de la economía circular.
Una transición que debe ser irreversible para o bien resurgir en un mundo limpio de emisiones antropogénicas, sin afectación climática y con un nivel de vida, al menos igual, aunque probablemente muy superior al que disfrutamos en la actualidad o bien para ir hacia la mayor crisis económica, social y humanitaria a la que nos podamos enfrentar; y con un impacto final en el clima irreversible caso de no realizarla.
Todas las personas tenemos la obligación de preocuparnos por conocer y analizar qué se está realizando y cuál es el calendario de actuación. Tenemos la obligación de exigir, a través de la concienciación social, el cambio de los usos y costumbres; el cambiar hacia este nuevo modelo socio-económico cuanto antes, para situar a nuestro país en una buena posición y logar la emisión cero de Gases de Efecto Invernadero sin perjuicio social y personal. Y todo esto necesita esfuerzo, trabajo, formación, cambio y tiempo.
Hay que ser capaces de alcanzar el equilibrio con el medioambiente y adaptar nuestro nivel de vida a la capacidad real de nuestro planeta, que es finito y muy pequeño en la inmensidad del Universo.
Se precisa de un esfuerzo global, coordinado, coherente, basado en la implantación de todas las tecnologías y soluciones posibles, en conjunto y simultáneamente, evitando la idea de esperar para encontrar la solución global al problema, porque el problema es de tal magnitud que no hay una sola tecnología capaz de resolverlo por sí misma. Nuestra sociedad no se puede permitir el lujo de esperar para conseguir desarrollar una tecnología mágica.
Es necesaria una mayor ambición climática en relación con la descarbonización de la economía, al igual que con la protección de la biodiversidad. Es fundamental la colaboración entre las empresas; las personas trabajadoras, los procesos industriales y la actividad empresarial para dar una respuesta a los desafíos de la transición ecológica, así como para abordar sus efectos sobre el empleo y las condiciones de trabajo, consiguiendo que sea una transición ecológica justa.
Justa para con las personas que se van a ver afectadas para que tengan alternativas reales, con la anticipación necesaria, para poder seguir manteniendo una actividad laboral digna y justa cuando sus puestos de trabajo tengan que adaptarse a los nuevos procesos industriales o, sencillamente, desaparezcan, empezando por los que ya en la actualidad se están viendo afectados, cambiando o desapareciendo.
Entre las muchas acciones que se puedan tomar, se destacan, fomentar el ahorro, la eficiencia energética y de los recursos hídricos, la incorporación de instalaciones de autoconsumo basadas en el uso y producción propia de energía de origen renovable, la integración de los principios de la economía circular, la protección de la biodiversidad, la implantación de planes de movilidad sostenible, el fomento de la adaptación y formación, etc.
En esto estamos y hacia este precipicio nos movemos si seguimos procrastinando y dejando para mañana lo que tenemos la obligación ética y moral de hacer hoy.
Gracias
